La musicoterapia era lo último que esperaba Julia Justo, artista gráfica que emigró a Nueva York desde Argentina, cuando acudió a la clínica Mount Sinai Beth Israel de Union Square para recibir tratamiento contra el cáncer en 2016. Pero esta rápidamente calmó sus temores respecto de la radioterapia a la que debía someterse. Esos temores le provocaban una fuerte ansiedad.
"Percibí la diferencia de inmediato, estaba mucho más relajada", dijo.
Justo, que lleva más de cuatro años libre de cáncer, siguió visitando el hospital de Nueva York cada semana antes de que comenzara la pandemia para trabajar con Rossetti, cuyos suaves riffs de guitarra y ejercicios de visualización la ayudaron a enfrentarse a distintos retos, entre ellos el de dormir bien. Hoy en día los dos se mantienen en contacto principalmente por correo electrónico.
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